Ayer se cumplieron 21 años desde que ETA asesinó al ertzaina Txema Aguirre en la explanada del museo Guggenheim tras evitar un atentado contra el Rey. Las centrales ErNE y Esan convocaron un acto de homenaje en el lugar donde el agente cayó herido por disparos de un etarra. La plaza lleva su nombre y se ha instalado una placa de recuerdo, donde ayer se colocaron ramos de flores. Al emotivo acto asistieron numerosos compañeros, varios pertenecientes a su grupo, el 2 de la comisaría de Bilbao, que compartieron con él patrulla, algunos de ellos vestidos de uniforme. En las pancartas podía leerse ‘No os olvidamos’, en referencia a los ertzainas víctimas de la banda terrorista.
A bocajarro
El policía, de 35 años, estaba casado y dejó huérfano a un niño de 9 años. El día que fue asesinado, 13 de octubre de 1997, Aguirre se encontraba haciendo labores de vigilancia en las inmediaciones del museo, que iba a ser inaugurado de forma inminente con la asistencia de las más altas autoridades, entre ellas el Rey, cuando vio una furgoneta que le resultó sospechosa y que efectivamente transportaba unas macetas con explosivos.
Cuando fue a dar el alto a sus tres ocupantes, uno de ellos, Eneko Gogeaskoetxea, le disparó a bocajarro. Herido de gravedad, el policía fue ingresado en el hospital y falleció poco después tras haber frustrado el intento de la banda armada de atentar contra Juan Carlos I. Agentes de la Policía Municipal de Bilbao, entre ellos motoristas, persiguieron a los otros dos activistas que huían y que fueron arrestados. El autor material del asesinato se dio a la fuga pero fue detenido en 2011 en la localidad británica de Cambridge, donde vivía con su familia desde hacía cinco años.
ErNE denunció en enero de 2017 que Etxerat había celebrado en la explanada del Guggenheim una concentración para pedir el acercamiento de los presos, e hizo mención a Gogeaskoetxea.