El sindicato ErNE ha interpuesto una denuncia ante la Inspección de Trabajo de Bizkaia por la falta de espacio de los 150 nuevos coches patrulla ‘Seat León’ que acaba de adquirir la Ertzaintza y en los que los agentes se quejan de que no caben. En el escrito, la central subraya que la colocación de la mampara de detenidos en su posición actual «limita el desplazamiento de los asientos de conductor y copiloto», lo que «incumple las bases técnicas de la licitación». Además, los asientos de serie de estos vehículos no han sido modificados y adaptados al correaje que portan los agentes, donde llevan la pistola, la defensa y los grilletes entre otras herramientas, lo que impide «el apoyo de la zona lumbar» y resulta «incompatible con la forma envolvente de los asientos».
Así, cuando los 300 nuevos coches patrulla, 150 de ellos con mamparas para detenidos, fueron entregados en las comisarías después del verano, ErNE empezó a recibir un aluvión de «quejas generalizadas». Los agentes protestan por la «falta de espacio» y la «incomodidad postural tanto para el piloto como para el copiloto. También señalan que se han colocado en el techo elementos que suponen un riesgo, ya que en una maniobra brusca podrían llegar a golpearse con ellos en la cabeza.
«Riesgo de seguridad»
ErNE reprocha al Departamento de Seguridad que no haya realizado una «evaluación ergonómica» de los vehículos ni haya tenido en cuenta las que se realizaron a posteriori con los anteriores modelos ‘Seat Altea’ y ‘Volkswagen Passat’. Tampoco se ha contado con la representación sindical, ni en el transcurso de la adquisición de los vehículos «ni a posteriori con las quejas, reclamaciones y solicitudes de medidas preventivas y correctoras». En el escrito, el sindicato señala que al final los cochespatrulla son el puesto de trabajo de los ertzainas, donde pasan gran parte de su jornada, «y no existen tiempos de descanso estipulados».
ErNE recuerda que «la administración, que actúa como empleadora, debe asegurar unas condiciones ergonómicas óptimas en el uso de los vehículos policiales». La conducción policial, para la que los agentes se forman durante su estancia en la Academia de Arkaute, exige de unas maniobras en las que el conductor debe dar una respuesta rápida ante cualquier incidente. «Cualquier limitación de la autonomía en la conducción supone un riesgo en la seguridad» tanto de los ocupantes como de los viandantes.