«La situación es insostenible. A veces nos tenemos que poner incluso mascarillas. A este paso, nos va a comer la porquería». Es el testimonio de una funcionaria de la Fiscalía Provincial de Gipuzkoa, a cuyas puertas se acumulan bolsas y más bolsas de basura. La situación es similar en comisarías de la Ertzaintza de Gipuzkoa, donde algunos agentes se ven en la necesidad de llevar papel higiénico desde sus casas. En la de Tolosa han llegado a encontrar gusanos en el comedor.

Toda esta situación es consecuencia de la huelga que mantiene parte del colectivo de trabajadoras encargadas de la limpieza en las sedes judiciales y policiales del territorio. La medida de presión se inició el pasado 19 de septiembre, sin que desde entonces las partes en litigio hayan llegado a un acuerdo. Esta falta de consenso ha hecho que con el paso de las semanas, algunas instalaciones presenten un aspecto deplorable, donde la higiene brilla por su ausencia. Algunos trabajadores se han visto incluso aquejados por diferentes patologías.

El panorama en las comisarías de la Ertzaintza es penoso. «Si sanidad llevase a cabo un inspección, algunas terminarían cerradas por que no reúnen las mínimas condiciones higiénicas», afirma un agente del cuerpo. «Así no se puede trabajar ni atender al ciudadano», añade.

Fuentes del sindicato policial Erne corroboran estas palabras y afirman que los servicios mínimos «no pueden con todo». Añaden que en las instalaciones de Tolosa y Beasain «los agentes han llegado a encontrar gusanos en el comedor. En Tolosa se han clausurado unos váteres debido al olor y a causa de la proliferación de insectos».

Pero eso no es todo. En los vestuarios de Hernani, los ertzainas padecen las consecuencias de las pulgas y en Irun, varios agentes realizan informes a jefatura refiriendo síntomas alérgicos debido al polvo acumulado.

En la base policial de Oiartzun, la más grande del territorio y la que también más efectivos acumula, una montaña de bolsas de basura ocupa una de las paredes de acceso de los ciudadanos al centro. «Los ratones corretean por el interior de la comisaría», afirma un agente. Asimismo, dentro de las comisarías, los inodoros permanecen llenos de suciedad. El olor en todas las estancias comienza a ser insoportable, y las mesas de recepción de denuncias permanecen «completamente sucias».

Fuentes del sindicato aseguran que «los agentes se tienen que traer el papel higiénico de casa porque no pueden acceder a los repuestos. Desde Erne somos sensibles a las protestas de los trabajadores, pero instamos a la Consejería de Seguridad a mediar en el conflicto laboral y buscar una solución que no derive en un problema sanitario grave», afirma Aitor Otxoa, secretario provincial de Gipuzkoa.

Montañas de bolsas

En algunos palacios de Justicia, la situación es parecida a la que se vive en las comisarías. En el edificio de la sede de la Audiencia, en la céntrica calle San Martín, una alfombra de papeles cubre la entrada.

En peor situación se encuentran los funcionarios en el edificio de Atotxa. Para poder acceder a la Fiscalía, en la segunda planta, los ciudadanos han de pasar al lado de una montaña en forma de bolsas de basura. El polvo se acumula por doquier y el aire por momentos resulta irritante. Ayer se agudizó la situación como consecuencia del trasiego de armarios, mesas y ordenadores que tiene lugar con motivo de la entrada en funcionamiento de la nueva oficina judicial.

«Y no vayas al baño .... Esta situación no puede alargarse mucho más. Así no se puede trabajar. Algunos han tenido incluso que poderse mascarillas», afirman desde la Fiscalía, donde algunos funcionarios se ven incluso aquejados por diversas patologías como conjuntivitis y alergias. «Desde los sindicatos no instan a que cojamos baja, pero esa no es tampoco la solución. Si lo hacemos, nos descuentan los días del salario. Lo que hay que hacer es solventar el conflicto. ¿Qué es más importante, la reivindicación laboral o la salud de la personas»?, preguntaba una funcionaria. Las bolsas con restos de papeles también se amontonan en los pasillos de la tercera planta del edificio judicial. «Esto es vergonzosos», dice un bogado.

Hoy, representantes de los sindicatos ELA, ESK, LAB y UGT plantearán nuevas movilizaciones.