En 2018 fallecieron 42 personas en las carreteras vascas, en 2019 fueron un total de 51 (22 en Bizkaia, 19 en Gipuzkoa y 10 en Álava). En lo que llevamos de 2020, son ya tres víctimas mortales. Según el máximo responsable del sindicato ERNE, Roberto Seijo, la actual política de Seguridad Vial del Departamento "es un fracaso" y estas cifras lo corroboran.
Seijo pone como ejemplo el caso de Gipuzkoa, donde hay una carga de trabajo muy importante con un gran problema de falta de personal y de material "sin motos ni motoristas suficientes". Dice que en el concurso de traslados van a quedar vacantes más de un 60% de las unidades de investigación de tráfico.
En Bizkaia hay una cultura de pruebas deportivas diversas (carreras ciclistas, rallys y de otro tipo) que limita a apenas cuatro patrullas en todo el territorio. Esto, asegura, es más gravoso cuando "hay una política de acompañamiento a transportes especiales" realizando funciones de "coches piloto" que considera, "o bien se realiza por acuerdos económicos o por un sistema de ahorro", y eso termina siendo nefasto para el control de las carreteras.
Seijo añade que "es insostenible esta política de Seguridad Vial porque las unidades de tráfico no están realizando patrullas en vías secundarias", sólo se realizan en autovías y autopistas, "cuando el incremento de siniestros se están dando en estas carreteras secundarias".