La renovación de las furgonetas de la unidad antidisturbios de la Ertzaintza, la Brigada Móvil, se tendrá que posponer todavía unos meses más. La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, declaró desierto el pasado 27 de julio el concurso para la adquisición de 53 nuevas unidades, 46 de techo alto y 7 de techo bajo, un proceso que ya se había suspendido unos meses debido a la pandemia. Las 'francias' más antiguas, así se las conoce en el argot interno de la Policía Vasca, fueron adquiridas en 1997, su matricula real es VI-xxxx-T, acumulan cientos de miles de kilómetros y presentan importantes desperfectos en su interior.
El expediente se inició el 28 de febrero pero el 17 de marzo quedó suspendido por el estado de alarma. La tramitación se reactivó el 18 de mayo pero ninguna de las dos ofertas presentadas ha cumplido los requisitos del pliego de condiciones y el 27 de julio Seguridad declaró desierta la adjudicación.
Ahora toca reiniciar el proceso de adquisición de las furgonetas, con el consiguiente retraso. Se da la circunstancia de que el sindicato de mayor implantación en la Ertzaintza (ErNE) llegó a presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo para exponer la "pésima situación" del parque móvil de la Policía vasca, singularmente por los vehículos de la unidad antidisturbios. "Presentan un deterioro y falta de mantenimiento tan elevado que pone en riesgo tanto la integridad física de los agentes como su salud", aseguraba la central, que consideraba que estas furgonetas tenían problemas en "puertas, ventanas y puntos de anclaje, que hace de estos equipos imposible de ser utilizados".
No es la primera vez que el Departamento de Seguridad encuentra problemas en su programa de renovación de los vehículos policiales. Fue muy polémico el concurso para la adquisición de las nuevas patrullas de Seguridad Ciudadana.
A pesar de ser nuevos y de haber costado unos 62.000 euros por unidad, un informe interno revelaba problemas para que los agentes de más altura pudieran entrar en la mitad de ellos con comodidad, concretamente en los que incorporaba mampara para detenidos en la parte trasera. Se les llegó a proponer que hicieran una tabla de ejercicios de calentamiento antes de coger el coche o que pararan cada 20-30 minutos para realizar estiramientos. Finalmente, hubo que modificar los habitáculos para evitar esos problemas.