No es de recibo que a un agente que está dentro de un grupo se le deje de vacunar ‘sine die’ porque pase de una determinada edad, estando en una situación de riesgo igual, o incluso mayor, que los demás. Es como si repartieran chalecos antibala a todos, menos a los que tienen más de 55 años, compara Mikel, de la Unidad de Tráfico de Bizkaia, que junto con los patrulleros de Seguridad Ciudadana y los antidisturbios de la Brigada Móvil de la Ertzaintza han sido los primeros en ser inmunizados. Representan «la primera línea» de combate frente al virus. Llegan en primer lugar a las incidencias y pasan mucho tiempo en la calle en contacto con los ciudadanos, algunos de ellos contagiados.

La vacuna de AstraZeneca no se inocula en España y en otros países europeos como Francia o Alemania a mayores de esa edad porque los ensayos incluyeron a pocos de más de 55 años y se considera que no hay datos «sólidos» que garanticen la eficacia. El Ministerio de Sanidad matizó que si nuevas investigaciones demostraran los efectos de estas dosis, se cambiaría la decisión. 

ErNE cifra el número de agentes de más de 55 años en 2.040, del total de 7.563 ertzainas contabilizados de forma oficial el 1 de julio de 2020, sin contar con las jubilaciones que se hayan producido desde entonces.

«Estoy muy decepcionado. Llevo 30 años dando el callo. Estamos en primera línea, somos las UCI de la Ertzaintza y cuando necesitamos su apoyo, no cuentan con nosotros», se queja Luisma, que pertenece al grupo 1 de la comisaría de Bilbao. 

Luisma piensa en su familia. Él lo pasó ya en marzo. No le atacó con fuerza, sólo como una gastroenteritis. «Me encerré en la habitación sin saber si lo tenía y no se lo pegué ni a mi mujer ni a mis hijos». Posteriormente, el test serológico confirmó que tenía anticuerpos. Desde entonces se ha hecho ya otras seis PCR. Luisma espera que el Departamento de Seguridad tome nota y «busquen una solución rápido».

El sindicato ErNE recuerda que la Policía es un servicio esencial al que no se le reconoce el derecho a la huelga, por lo que debería inmunizarse a todo el colectivo a la vez «con independencia de su edad», al igual que se ha hecho con los sanitarios. La central ha enviado una carta al consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, en la que reclaman que se informe por escrito a los agentes de cuándo se les va a inyectar el antídoto y de cuáles son los criterios, «objetivos y transparentes», del plan de vacunación. También se propone hacer un test de antígenos a los ertzainas que hayan pasado el virus para saber si tienen o no anticuerpos, en lugar de excluir de la vacunación a los contagiados en los últimos seis meses.