Un policía local tendrá asiento, mesa, y se supone que ordenador, en la oficina de la Ertzaintza de la calle Olaguíbel durante las inminentes fiestas de la Virgen Blanca, del 4 al 9 de agosto. Allí se unirá a los dos ertzainas habituales para «coger denuncias» las 24 horas. Ésta fue la gran novedad adoptada ayer por el Ayuntamiento de Vitoria y el Departamento de Seguridad para esta nueva edición festiva.
El alcalde, Gorka Urtaran, habló a la salida de la reunión de «oficina conjunta», aparte de ponderar esta medida inédita en la historia de ambos cuerpos. «Servirá para dar un servicio mucho más eficiente, mejorar la coordinación que ya es buena, pero pretendemos que sea mejor, y hacer una ciudad más segura si cabe». La presencia de un efectivo de la Guardia urbana será durante las 24 horas, en turnos de ocho horas. Es decir, a lo largo de cada día de La Blanca tres agentes diferentes de este cuerpo recogerán denuncias en el céntrico punto.
La llamativa medida desde el punto de vista teórico recibió ayer un aluvión de críticas por parte de los sindicatos policiales, tanto de la orilla de la Ertzaintza como de la Policía Local. «La verdadera razón de este préstamo de personal es la falta de previsión y organización en la Ertzaintza. No hay agentes suficientes y lo suplen con este parche, uno más en el historial de Gervasio Gabirondo (director de la Policía vasca)», advirtió Roberto Seijo, secretario general de ErNE, central mayoritaria en este cuerpo.
El reparto de los asuntos
Antes, el viceconsejero Josu Zubiaga insistió en que se dará «el mejor servicio posible al ciudadano». ¿Y qué denuncia recogerá cada cuerpo? «Los hechos delictivos que son competencia de un cuerpo, los tomará el correspondiente. Y los indistintos está previsto que el ciudadano elija y, si le da igual, que sea alterno», aseguró el político jeltzale.
Este anuncio oficial, sin embargo, sentó a cuerno quemado en la comisaría de Aguirrelanda, sede de la Policía Local y ubicada a unos dos kilómetros del epicentro festivo. «Es una desfachatez nunca antes vista», calificaron los dos sindicatos mayoritarios, Sipla y Erne, en un durísimo comunicado interno, al que tuvo acceso en exclusiva EL CORREO. «Cambiar el puesto de trabajo habitual por otro distinto, que pertenece a otra administración sin información previa, desconociendo sus normas de funcionamiento, hacen que la situación oscile entre lo cómico y lo denigrante», agregaron. Por la tarde, el comité de empresa del Ayuntamiento se unió a las críticas y pidió la revocación del acuerdo.
Horas antes, la nueva concejala de Seguridad Ciudadana, la socialista Marian Gutiérrez, trató de quitar hierro al asunto. «No hay ningún problema. La oficina de Olaguíbel está perfectamente adaptada».