En la misma jornada en que el Instituto de Salud Laboral Osalan empezaba a llamar uno a uno a los 150 trabajadores que estuvieron expuestos a tóxicos en las primeras ocho horas de rescate, para ofrecerles un examen médico –descartan, por cierto, las pruebas de asbestosis-, un grupo de ertzainas del sindicato ErNE protestaba a la puerta del Parlamento Vasco, esperando la llegada del lendakari Iñigo Urkullu.
Llevaban mascarillas respiratorias, como forma de protesta por la "protección insuficiente" que, en opinión de ErNE, les proporcionan las AXP3, con filtros de apenas una jornada laboral de duración. En Durango, Ermua, Eibar y Zaldibar se han agotado las mascarillas, "pero no por la contaminación -aclaran en la farmacia zaldibartarra de Elisabet Egaña-, ya estaban agotadas por el miedo al coronavirus".
En materia de mascarillas llueve sobre mojado en la Ertzaintza, hace apenas un mes, mientras el resto de las polícas en toda España tenían para portegerse del coronavirus, los agentes vascos las esperaban con disgusto.
Dentro, en el Parlamento Vasco, Urkullu admitía "errores" en la gestión del siniestro. "Los mecanismos de control no han sido suficientes" ha dicho.