Una noche de verano festiva volvió a derivar ayer en Gipuzkoa en graves enfrentamientos entre jóvenes y la Policía vasca que se saldaron con dos ertzainas heridos. Son los terceros incidentes de importancia registrados en el último mes en el territorio vecino. En esta ocasión, el choque entre un nutrido grupo de radicales y los agentes se produjo en la madrugada del sábado al domingo en el centro de Azpeitia, aunque incidentes similares se han reproducido en lo que va de verano en otras localidades como Hernani, durante la celebración de los sanjuanes, y Ordizia, hace una semana. En estos tres casos la mecha que provocó cada incidente no tuvo nada que ver, pero en todos ellos el desenlace acabó con duros enfrentamientos con la Ertzaintza que se saldaron con partes de lesiones que incluían a varios agentes.
Las versiones de los incidentes que se vivieron la madrugada del domingo en Azpeitia fueron ayer contradictorias. Mientras el Departamento vasco de Seguridad informó de que se habían producido «unos altercados durante los cuales un grupo numeroso de jóvenes increpó y agredió a agentes de la Policía Local y de la Ertzaintza en las dependencias del Ayuntamiento», donde los alborotadores habrían accedido por la fuerza, los jóvenes que integran el gaztetxe de Azpeitia, que este fin de semana celebraba su vigésimo aniversario, denunciaron los «abusos policiales» presuntamente cometidos por la intervención de la Policía autonómica. También negaron que trataran de asaltar por la fuerza la comisaría.
Sin detenciones
La Ertzaintza ha abierto diligencias sobre unos incidentes que por el momento no han provocado ninguna detención. Los hechos se iniciaron alrededor de las cuatro de la madrugada, después de que una patrulla de la Policía vasca identificara a un joven por realizar una pintada en un contenedor –al parecer, había escrito el acrónimo ‘ACAB’ de la frase inglesa ‘All cops are bastards’, que en castellano se traduciría como ‘Todos los policías son bastardos’–. Los agentes procedieron a ponerle una multa por deslucimiento de bienes públicos, según informó el Departamento de Seguridad.
Todo apunta a que en esa primera intervención participó algún miembro de la Policía Local de Azpeitia, lo que hizo que, media hora después, «un grupo numeroso de jóvenes comenzara a acercarse a las dependencias de la Policía Local e increparan y agredieran a los agentes», según Seguridad. La alcaldesa, de EH Bildu, añadió en declaraciones a EiTB que algunos jóvenes llegaron a entrar dentro de la comisaría.
Ante ese panorama los policías locales pidieron ayuda a la Ertzaintza, que envió varias patrullas. Tuvieron que intervenir para tratar de reconducir la situación, momento en el que se produjeron empujones y forcejeos entre los agentes y los jóvenes, como se puede ver en un vídeo que hizo público el propio gaztetxe y que se puede ver en la página web de este periódico.
La versión del Departamento de Seguridad añade que, «finalmente, un concejal del Ayuntamiento medió y el grupo de jóvenes se fue dispersando». Tras estos «graves incidentes» donde dos agentes de la Ertzaintza resultaron heridos, la Policía vasca ha abierto diligencias que, una vez finalizadas, serán trasladadas a la autoridad judicial.
Sorpresa en la calle Azpeitia amaneció ayer con aparente tranquilidad, a pesar de que tan solo unas horas antes, la Plaza Txiki se había convertido en el escenario de una gran reyerta entre jóvenes, agentes municipales y ertzainas. La mayoría de los azpeitiarras tenía poco conocimiento de lo ocurrido a la hora del aperitivo. «Algo he oído» o «no me he enterado bien, pero sé que algo ha pasado» eran los comentarios más repetidos.
Fue con el paso de las horas cuando la noticia empezó a circular con más fuerza en la localidad, después de que el Departamento de Seguridad emitiera una nota de prensa y los jóvenes del gaztetxe denunciaran a través de sus redes sociales los presuntos «abusos policiales» que, según ellos, sufrieron después de que uno de ellos fuera sorprendido por unos ertzainas haciendo una pintada.
Según señalaron en un comunicado, la tensión se incrementó con la llegada de «seis patrullas y dos furgonetas» a la sede de la Policía Local, adonde varios jóvenes habían acudido para «mostrar su desacuerdo con los agentes, con la intención de evidenciar lo absurdo de la situación». El revuelo atrajo a más jóvenes y el enfrentamiento escaló.
La alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta (EH Bildu), mostró ayer su apoyo a la Policía Local pero, al tiempo, calificó de «desproporcionado» el despliegue llevado a cabo por la Ertzaintza. A primera hora de la tarde, el Ayuntamiento de Azpeitia hizo pública una nota en la misma línea.
Los sindicatos policiales Euspel y ErNE denunciaron el ataque sufrido por los agentes en Azpeitia. Euspel censuró que «dos agentes de Policía Local fueron víctimas de una situación gravísima que refleja la creciente desprotección
que padecen numerosos compañeros», al ser objeto de una «agresión y amenaza directa». Por su parte, el sindicato ErNE expresó su «más firme condena ante los hechos, así como nuestro total apoyo y solidaridad con los compañeros afectados».
Dos precedentes recientes
Los incidentes acaecidos en Azpeitia vienen a sumarse a otros que se han producido en el último mes en Gipuzkoa. Hace justo una semana, cuatro agentes de la Ertzaintza resultaron heridos en Ordizia tras acudir a una llamada por una pelea que se estaba produciendo en plena calle de madrugada. Dos de los agentes tuvieron que ser hospitalizados debido a las múltiples fracturas sufridas cuando varias personas, implicadas en los incidentes, arremetieron con violencia contra ellos. Un hombre fue detenido por atentado contra la autoridad y lesiones y la semana pasada ingresó en prisión.
También a finales de junio, durante la celebración de los sanjuanes, se vivió una noche de mucha tensión en Hernani después de que un numeroso grupo de jóvenes tratase de entrar por la fuerza en el Ayuntamiento para linchar a un joven de origen magrebí que había sido detenido por la Policía Local. Al verse desbordados, los agentes tuvieron que pedir refuerzos a la Ertzaintza, lo que derivó en enfrentamientos con grupos de jóvenes.