En un comunicado, la central sindical ha querido desmentir que haya "una modernización" del cuerpo policial en el municipio de la que ha informado la Alcaldía, y que ha calificado de •engañosa y alejada de fa realidad.
ErNE afirma que la "modernización anunciada por el Ayuntamiento" se ha limitado a la instalación de un timbre, mientras que persisten graves carencias estructurales, funcionales y de personal que afectan a ta seguridad, salud y eficacia del servicio.
Ante esta situación, ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por incumplimiento de la normativa en prevención de riesgos laborales". El sindicato señala que, en un informe remitido al Ayuntamiento el pasado 18 de marzo, se detallan deficiencias críticas de la actual comisaría, entre ellas: falta de accesibilidad para personas con movilidad reducida; espacio insuficiente, con vestuarios mixtos y uso por turnos, afectando la privacidad; o ausencia de salas adecuadas para descanso, atención a victimas y gestión confidencial de expedientes".
El documento también apunta a problemas de salubridad por humedades, moho, mala ventilación y temperaturas inadecuadas; inseguridad estructural, como escaleras de caracol y deficiente salida de vehículos de emergencia en el Casco Viejo, y falta continuada de personal, con una sola patrulla para unos 18.000 habitantes, cifra que crece en verano.
REUBICACIÓN DE LA COMISARIA
Por ello, ErNE considera que "la verdadera modernización debe basarse en soluciones integrales, no en medidas cosméticas. Por ello, ha propuesto al Consistorio la reubicación de la comisaria como vía para garantizar un servicio seguro, funcional y adaptado a las necesidades actuales.
Es muy triste que, en vez de avanzar hacia esa modernización, desde el Ayuntamiento, se intente engañar al ciudadano con manifestaciones falsas en medios de comunicación. Es hora de que las autoridades municipales actuen con responsabilidad y compromiso, poniendo los medios
necesarios para solucionar estas carencias que afectan a la seguridad de la ciudadanía y la de los propios policías, apunta.