Una alerta sanitaria lanzada desde Canadá advierte de los «posibles riesgos para la salud» de inhalar esas partículas
El Gobierno vasco ha decidido retirar las mascarillas faciales de grafeno que usan en la actualidad algunos sanitarios y ertzainas, entre otros empleados públicos, y ha ordenado el cese de su utilización y distribución de manera provisional tras una alerta sanitaria lanzada por Canadá hace unos días, según confirmaron ayer a este periódico fuentes del Departamento de Salud.
Se trata de un tipo de máscara quirúrgica con filtro FPP2 desechable, del fabricante Shandong Shengquan New Materials Co. LTD, distribuida por Amevisa y cuyo proveedor es Iturri S.A. El Ejecutivo autonómico ha decidido adoptar esta medida de manera «preventiva» y por «precaución» mientras «se lleva a cabo una investigación sobre los riesgos potenciales de la inhalación de partículas de grafeno». La retirada afecta, entre otros, a unos 41.000 empleados de Osakidetza, entre eventuales y fijos –desde médicos, enfermeras o auxiliares hasta administrativos, personal de cocina y mantenimiento–, y a unos 8.000 agentes de la Ertzaintza, tanto uniformados como de paisano y desde los que patrullan y trabajan en la calle hasta los que lo hacen en el interior de las comisarías y sedes policiales.
La alerta canadiense fue notificada al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) del Ministerio de Sanidad, que a su vez, se lo ha comunicado a todas las autonomías. Castilla y León decidió el martes prescindir de esta mascarilla y ayer se sumó el Gobierno vasco. Por el momento, según las mismas fuentes, «no se conoce ningún pronunciamiento al respecto de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)», que decide sobre la retirada de productos sanitarios del mercado. Cuando esta entidad valore la cuestión, Osakidetza «decidirá si deben ser utilizadas de nuevo».
Hace ya más de un año, el Gobierno vasco optó por «centralizar la compra de material», como EPIS, mascarillas y geles, para todo el sector público autonómico «para garantizar el suministro y homologar criterios» en un momento en que este tipo de equipamiento de seguridad escaseaba.
Cambio a FPP3
Cada semana, ertzainas y sanitarios reciben una serie de mascarillas para que utilicen en sus turnos de trabajo, entre ellas estas quirúrgicas FPP2 de grafeno, aunque también otras higiénicas. En lugar de las retiradas, Osakidetza y el Departamento de Seguridad van a dotar a los funcionarios de ambas áreas de «mascarillas FPP3 modelo 990 P3D de SIBOL», según las notas internas emitidas ayer.
Los sindicatos de la Ertzaintza ErNE y Sipe, tras tener conocimiento de la retirada de las FPP2 de grafeno por parte de la Junta de Castilla y León, habían solicitado al Departamento de Seguridad su inmediata sustitución.
La Agencia de Seguridad canadiense publicó una alerta el pasado 2 de abril sobre las mascarillas que usan grafeno o biomasa como elemento filtrante «porque existe posibilidad de que se inhalen partículas de grafeno, que pueden presentar riesgos para la salud» y tras saber que habían causado «toxicidad pulmonar temprana en animales».
El grafeno es un «nanomaterial novedoso, hecho con partículas diminutas, que tiene propiedades antivirales y antibacterianas». El riesgo en personas no está claro, por el momento no hay evidencias científicas ni tampoco se sabe cuál es el grado de exposición perjudicial, por lo que mientras se evalúan los posibles peligros, se ha optado por apartar la mascarilla de forma preventiva. Según Osakidetza, esta medida «pone de manifiesto que los sistemas de alerta funcionan».
EL DETONANTE
Se investiga el peligro para las personas tras detectar «toxicidad pulmonar temprana en animales»